miércoles, 1 de agosto de 2012

LA AUTORIDAD. LÍMITES Y NORMAS. CÓMO CONSEGUIR QUE ME OBEDEZCA.

La autoridad positiva con nuestros hijos es fundamental para su educación. No debemos confundir esta autoridad con autoritarismo. No se trata de imponer nuestra voluntad a toda costa. Hay que escuchar y llegar a acuerdos para que el niño viva la autoridad como un referente y la ejerzan el dia de mañana de una manera justa. Debemos marcar límites y objetivos claros que les permitan diferenciar qué está bien y qué está mal. Tener claros estos límites los hacen sentirse seguros y protegidos. Se elimina incertidumbre.


CÓMO CONSEGUIR AUTORIDAD POSITIVA Y QUE ME OBEDEZCA


1. Poner normas claras y justas. Ten en cuenta las necesidades del niño y      no solo las tuyas. Anúncialas y cumple consecuencias.
2. Enseñar con claridad cosas concretas. No vale decir "sé bueno", "pórtate bien" o "come bien". Estas instrucciones no le dicen nada. Hay que dar, con cariño, instrucciones concretas p. ej. cómo se coge el tenedor y el cuchillo.
3. La excepción a la norma. A veces se puede saltar la norma. Enséñaselo.
4. Dar tiempo de aprendizaje. Los aprendizajes nuevos requieren de un tiempo y práctica.
5. Valorar siempre sus intentos y reconocer sus esfuerzos. Resaltando lo que hace bien. Pensemos que lo que le sale mal no es por fastidiarnos, sino porque está en proceso de aprendizaje.
6. Dar ejemplo. Ser coherente entre las palabras y los hechos. Si no les confundiremos y les defraudaremos.
7. Actuar y huir de los discursos. No utilizar sermones. No malgastar el tiempo en discursos para convencerlo.
8. Reconocer los errores propios. Nadie es perfecto, los padres tampoco.
9. Permite que se equivoquen.
10. Utilizar el sentido del humor.
11. No des explicaciones muy largas porque no las escuchan. Cambiar los largos discursos por acciones como mirar a los ojos.
12. Cuenta como te hace sentir su conducta: “yo te quiero mucho, pero no puedes tirar tus juguetes de esa forma”.
13. Se constante en la aplicación de estos consejos.


COMO PONER NORMAS


La educación conlleva tomar decisiones que a veces son dolorosas, a corto plazo, para los padres y para los hijos, pero que después son valoradas de tal manera que dejan un bienestar en hijos y padres. El sentido común es lo que hace que se aplique la técnica adecuada en el momento preciso. El sentido común nos dice que no debemos matar moscas a cañonazos ni leones con tirachinas.

• Ser amable en el tono y hacerlo con seguridad. Las ordenes o normas deben formularse de manera positiva. Ej. "cuando te sientes pon la espalda recta" en lugar de "no te sientes encorvado".

• Ser concreto en lo que se pide: un niño puede comprender la orden “prepara la cartera para el colegio”; otro más pequeño comprenderá mejor: “mete en la mochila los libros de mañana y mira si llevas el estuche.” El niño tiene que saber concretamente cómo se hace lo que se le pide.

• Lo que mandemos, debería estar más o menos previsto y ser conocido con antelación. Si un niño tiene previsto salir el sábado por la mañana con la bici y le mandamos ordenar la habitación hay más posibilidad de que se niegue, que si sabe que los sábados, primero tiene que ordenar su cuarto.

• El elogiar siempre su colaboración y comportamientos positivos.

• Si quieres que un comportamiento de tu hijo se repita, tendrá que ir seguido por una consecuencia positiva, es decir, un premio. Una forma de premiar es el programa de puntos.

• Utilizar el castigo como una herramienta, para aplicar como una consecuencia negativa, cuando aparece un comportamiento inadecuado para que la conducta desaparezca. Quítale algo positivo. El castigo no tiene que gustarle, sé consecuente con la intensidad de lo que ha hecho y evidentemente que esté próximo en el tiempo.

• Si todo ocurre en la calle, olvídate de los espectadores, ten calma y seguridad y no pierdas los nervios ni grites. Define el problema y busca alternativas de solución, piensa en un plan de actuación y ejecútalo.

• Si tu pareja y tú tenéis diferentes criterios, busca momentos en los que no esté presente tu hijo para hablar. Poneros de acuerdo en cómo actuar y no olvidéis viajar en el mismo tren y en la misma dirección.


ERRORES MÁS FRECUENTES QUE DEBILITAN Y DISMINUYEN LA AUTORIDAD DE LOS PADRES


• Autoritarismo o permisividad. Los niños necesitan referentes y límites para crecer seguros y felices. Tiene que haber unos límites y los padres tienen que ponerlos y aplicar sus consecuencias. No es bueno ser excesivamente permisivo, dejar a los hijos hacer lo que les apetezca o ser muy blandos a la hora de aplicar castigos. Tampoco es bueno el autoritarismo, intentar que el niño haga todo lo que el padre dice  anula su personalidad, crea personas  sumisas, sin iniciativa.  Tampoco hemos de ir de colegas de nuestros hijos. El término intermedio es el correcto.
• Ceder después de decir no. Nunca se puede negociar el no. Es el error más frecuente. Cuando vaya a decir no a su hijo, piénselo bien, porque no hay marcha atrás. Si usted le ha dicho a su hijo que hoy no verá la televisión, porque ayer estuvo más tiempo del que debía y no hizo los deberes, su hijo no puede ver la televisión aunque le pida de rodillas y por favor, con cara suplicante, otra oportunidad.
• Falta de coherencia. Las reacciones de los padres han de ser  dentro de una misma línea. Nuestro estado de ánimo no ha de influir en la importancia que se da a los hechos. Si hoy está mal rayar la pared, mañana también. Si el padre dice a su hijo que ha de comer con cubiertos, la madre le ha de apoyar. No debe caer en la trampa: "Déjalo que coma como quiera, lo importante es que coma".
• Gritar. Perder los estribos. Supone un abuso de la fuerza que puede llevar a una humillación y deterioro de la autoestima. El niño termina acostumbrándose a los gritos y  cada vez hace menos caso. En el caso de que los hijos incumplan las normas hay que actuar con frialdad, sin enfadarse.
• No cumplir las promesas ni las amenazas. Cada promesa o amenaza no cumplida es una pérdida de autoridad. Las promesas y amenazas deber ser realistas, fáciles de aplicar. Un día sin tele o sin salir, es posible. Un mes es imposible. Los castigos deben ser siempre cortos.
• Eximirles de responsabilidades por que eso genera más estrés, tensión, trabajo y ansiedad.  En ocasiones no les otorgamos funciones porque nos dan más trabajo. “Si usted quiere que sus hijos tengan los pies sobre la tierra, colóquelos alguna responsabilidad sobre los hombros”.
• No escuchar. Muchos padres se quejan de que sus hijos no los escuchan. Y el problema es que ellos no han escuchado nunca a sus hijos.
• Exigir éxitos inmediatos. Con frecuencia, los padres tienen poca paciencia con sus hijos. Querrían que fueran los mejores... ¡ya!. Todo requiere un periodo de aprendizaje con sus correspondientes errores.

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