sábado, 14 de julio de 2012

TDAH (Trastornos por déficit de atención e hiperactividad)

Quiero dejaros, aquí, unos cuantos consejos básicos en relación a los niños que llamados técnicamente TDAH (Trastornos por déficit de atención e hiperactividad). No quiero cometer el error de caer en tecnicismos y en explicaciones que os hagan caer, a vosotros, en el aburrimiento. Perdería entonces sentido lo que hago y pretendo. Mis experiencias y vivencias con niños hiperactivos han sido variadas, pero todas tienen estos denominadores en común que hoy quiero compartir:

 1.- Son niños:

• difíciles de educar, inquietos, impulsivos, tercos y obstinados, muy nerviosos, insensibles a los castigos, con déficits de atención.
•  que rinden poco escolarmente, a pesar de tener una inteligencia normal.
• con necesidad de estar en constante movimiento y de cambiar de tarea continuamente. Les cuesta permanecer sentados, pedir permiso e  interrumpen las conversaciones con cierta asiduidad.
• que se levantan del asiento a menudo, juegan con objetos de lo más variopinto, hablan cuando no deben hacerlo y tiran objetos,.
• Se distraen con lo que ocurre a su alrededor, se ausentan a menudo y  bostezan también a menudo.

  2.-Hay que distinguir entre niños inquietos e hiperactivos. A menudo metemos todos en el mismo saco. “Lo que nos ayuda a distinguir entre niños inquietos y niños con hiperactividad es la cantidad e intensidad de los síntomas, así como su continuidad en el tiempo y en las diferentes situaciones”, explica la psicopedagoga Victoria Montoro Blajot. No todos los niños que se mueven mucho y presentan falta de atención son necesariamente hiperactivos (Lo aconsejable es que ante la mínima sospecha se acuda a un profesional para que realice un buen diagnóstico).

3.- Orientaciones para padres y profesores:

• Cuando le pidamos que haga algo, procuraremos sostener su mirada asegurándonos que de que está atendiendo.
• Es importante que le ofrezcamos siempre instrucciones precisas y claras.
• Procuremos elogiarle cada vez que cumpla correctamente un encargo.
• Es bueno que animemos a nuestro pequeño a realizar ejercicios de concentración adaptados a su edad y conocimientos.
• Dejemos que se desfogue un ratito todos los días.
• Procuremos que en nuestro hogar reine un ambiente sereno y agradable.
• No etiquetemos a nuestro hijo cada vez que no se comporte correctamente.
• Una terapia sencilla y bastante efectiva es sentar al niño en primera fila, para evitar sus distracciones al mismo tiempo que el profesor se preocupa por mantener su atención, haciéndolo colaborar en la marcha de la clase. El niño necesita moverse por lo que debemos utilizar esa necesidad de movimiento para el aprendizaje.
• Los profesores han de estar informados del “manejo” de estos niños para así facilitar su aprendizaje y su integración con el resto de los alumnos.
• Ayudar al niño para que consiga acabar las tareas, hacerle escribir las consecuencias de una mala conducta antes de recriminarle.
•  Permitir que muestre sus habilidades delante de sus compañeros.
•  Proporcionarle un ambiente tranquilo y, si existiera en una misma aula más de un niño con hipertensión, separarlos.
• Entrenamiento cognitivo: dirigido sobre todo a aumentar el uso del lenguaje como medio de autoentrenamiento en niños con déficit de atención.

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